Son muy fáciles de preparar aunque parezcan un poco laboriosas. Las podéis hacer más pequeñitas como aperitivo o más grandes incluso para completar una cena. El truco está en espesar lo suficiente la bechamel que haréis con la mantequilla, la harina, la leche y el agua para que luego os sea más fácil manipular las croquetas.
Ingredientes (para 30 croquetitas):
50 gr de mantequilla
50 gr de harina
300 ml de leche
125 ml de agua
15 gr. de boletus secos (ceps)
125 gr. de gambas peladas pequeñas
1 chalota
1 huevo batido
pan rallado
aceite de oliva
En un vaso rehidratamos los boletus en el agua. Cortamos las gambas en trocitos. Reservamos ambas cosas.
En una sartén con aceite de oliva pochamos la chalota cortada en trocitos muy pequeños. Cuando coja color añadimos las gambitas y los boletus rehidratados escurridos, todo cortado en trocitos pequeños. Reservamos.
En una sartén grande deshacemos la mantequilla. Incorporamos la harina previamente tamizada y mezclamos bien en el fuego con unas varillas. Poco a poco vamos incorporando la leche y los 125 ml de agua (donde hemos rehidratado los boletus) y colada. Vamos moviendo bien con las varillas hasta que empiece a espesar. Añadimos la mezcla de los boletus, la chalota y las gambas y mezclamos bien. Cuando empiece a coger textura, cambiamos las varillas por una paleta y con ella vamos moviendo bien para que vaya espesando más. Seguiremos moviendo unos 10 minutos hasta que tengamos una pasta espesa.
Retiramos del fuego y cubrimos con un plástico transparente bien pegado a la masa para que no se forme una capa en la parte superior mientras se enfria. Dejamos enfriar.
Hacemos croquetas pequeñas y rebozamos en huevo batido y pan rallado. Freiremos en abundante aceite de oliva bien caliente.