Ingredientes:
200 gr de galletas tipo digestive
100 gr de mantequilla
3 tarrinas de 200 gr de philadelphia
300 gr de yogur natural
4 sobres de azucar avainillado
1 cucharadita de tamaño café de extracto de vainilla
100 gr de azucar
150 ml de agua
6 hojas de gelatina
200 gr de mermelada de arándanos (o cerezas, frutos rojos, fresas o similar)
1 cucharada sopera de azúcar
2 hojas de gelatina
Primero preparamos la base: picamos las galletas hasta desmigarlas y las mezclamos con la mantequilla deshecha. Colocamos bien sobre la base de la tarta. Dejamos enfriar en la nevera.
En un bol grande ponemos el queso, el yogur, el contenido de los cuatro sobres de vainilla, la esencia de vainilla y trituramos todo con una batidora.
En un cazo calentamos los 150 ml de agua con el azúcar hasta que ésta se haya disuelto. Añadimos después las 6 hojas de gelatina que habremos rehidratado en agua. Lo mezclamos todo bien hasta que esté deshecha la gelatina y lo mezclamos en el bol con el resto de ingredientes. Vertemos sobre la base de galletas y ponemos a enfriar en la nevera al menos tres horas para que cuaje la gelatina.
En un cazo aparte calentamos la mermelada con tres cucharadas soperas de agua y la cucharada sopera de azúcar. Añadimos después las 2 hojas de gelatina rehidratada bien escurrida y dejamos que se deshaga del todo. Lo vertemos con cuidado sobre la tarta y dejamos de nuevo en la nevera al menos 2 o 3 horas.
Servimos muy fria.