De vez en cuando intento preparar algún plato de cocina más tradicional, así que esta vez me he decidido por unas albóndigas. Han quedado jugosas y el contraste con la almendra le dá buen gusto. Lleva muchos ingredientes y es un poco entretenida de preparar, pero como os doy cantidades para 500 gr de carne, si os sobra siempre podéis congelar una parte de las albóndigas ya cocinadas para otro día.
Ingredientes:
Carne picada: 300 gr de cerdo y 200 gr de ternera)
1/2 cucharadita de café de sal
3 hebras de azafrán
2 puñados de almendras peladas
pimienta molida
pan rallado
2 dientes de ajo
una ramita de perejil
2 huevos
1 vaso de cortado de vino blanco
1 vaso de cortado de agua
2 cucharadas soperas de harina
harina para freir las albóndigas
aceite de oliva
En un bol mezclamos la carne con la sal, pimienta molida al gusto, una cucharada sopera de pan rallado, dos huevos, el ajo muy picadito y el perejil también picado muy fino. Cuando la mezcla esté bien unida, hacemos bolitas.
Rebozamos las bolitas en harina y las freímos en aceite de oliva.
En una sartén aparte salteamos las almendras sin aceite para que queden doradas y las picamos en un mortero sin que queden demasiado aplastadas, solo para que se hagan trocitos. Retiramos y en la misma sartén tostamos la harina. Para tostar la harina basta con ponerla en la sartén limpia y moverla un poco hasta que empiece a coger color pero sin que llegue a quemarse. Esto mejorará el sabor de la salsa final.
Vamos poniendo las albóndigas una vez estén fritas en una cazuela normal o de barro (yo prefiero esta última para este tipo de recetas) y añadiremos un vaso de cortado de agua y otro de vino blanco, las almendras tostadas, la harina tostada y las hebras de azafrán que habremos machado también en un mortero previamente. Movemos bien en la cazuela para que se mezcle todo y dejamos unos 5-10 minutos, hasta que veáis que la salsa empieza a espesar.
Servid muy caliente.
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